Los seguidores del béisbol invernal esperan la noche del viernes para escuchar el canto de “play ball”. Sin embargo, la batalla entre Leones del Escogido y Tigres del Licey comenzó hace meses ya que la eterna rivalidad está de regreso.
Ganar partidos seguirá siendo lo que más pese para dominar en el Quisqueya, pero las hostilidades se han hecho sentir en los frentes de las contrataciones de refuerzos, cambios de jugadores, publicidad y hasta en captación comercial, entre otros detalles.
El regreso de los Leones a la competencia, al punto de ganar el torneo pasado tras 18 años sin coronarse y tres temporadas quedando fuera de la clasificación, ha prendido la mecha de la rivalidad histórica entre los equipos capitalinos.
Los juegos cerrados del todos contra todos, especialmente aquellos duelos entre los lanzadores Ubaldo Jiménez y Francisco Liriano, llevaron al público al estadio el pasado año y el choque de banderas azules y rojas se hizo sentir en las graderías del vetusto play del ensanche La Fe. Los escarlatas ganaron la batalla pasada, pero los añiles aun conservan la fuerza de una historia favorable, la inspiración que dan los recuerdos triunfales.
Ambas gerencias han seleccionado cuidadosamente a sus refuerzos de inicio de campaña y, aunque los imprevistos han sacado del escenario a hombres del calibre del antesalista Mike Moustakas (Leones-Kansas) y el torpedero Ian Desmond (Tigres-Washington), para citar dos ejemplos.
Los cotizados jardineros jóvenes Domonic Brown (Filadelfia) y Peter Bourjos (Anaheim) están confirmados por el Escogido, entre otros importados y los azules cuentan con los lanzadores Robert Coello y Josh Banks y otros refuerzos.
El material nativo luce competitivo en ambos casos, especialmente en los cuerpos monticulares. Jugadores como Emilio Bonifacio, Timoniel Pérez y Anderson Hernández son fuerzas de la liga para el inicio. El Escogido tiene al Más Valioso de las series final y del Caribe.
Rivalidad en el terreno….y algo más.
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